Por Víctor De Gennaro.- Termina este domingo una semana cargada de incertidumbres y de expectativas por la  elección de las internas abiertas de Santa Fe. Siempre es incierto lo que define el pueblo a través del voto, pero es mucho más real que la definición del dedo de un iluminado/a.
Y el triunfo de los compañeros Binner-Bonfati expandió la expectativa de coagular una esperanza en marcha para gobernarnos los argentinos en lugar de seguir delegando en los gerentes de turno que se pelean para ver quién es mejor intermediario con la sociedad en defensa de los intereses de las trasnacionales que cada vez ganan y se llevan más de nuestra Patria.
Culminaba, además,  la presentación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de los candidatos del Movimiento Proyecto Sur encabezado por Pino Solanas, acompañado por nosotros, a través de Buenos Aires para Todos que conduce Claudio Lozano, y se coronaba una amplia alianza con Libres del Sur, el Gen, y los socialistas, lo que indica, también, un camino a recorrer para conformar el frente electoral a nivel Nacional.
Cómo no alegrarse con la confirmación en Lanús, Mar del Plata, La Plata, Bahía Blanca, o Tigre que seguirán en  Matanza, Moreno, hasta completar las cincuenta ciudades donde participando más de 15.000 militantes definiremos el programa popular y progresista para gobernar Buenos Aires.
Ni qué decir cuando este 24 estalle el Orfeo de Córdoba con la candidatura de Luis Juez a gobernador de la provincia. También podríamos agregar la fuerza del UNE de Neuquén con la posibilidad de que Mariano Mansilla se convierta en el próximo Intendente en la ciudad  capital de la provincia, y seguiríamos por casi toda la geografía nacional que dibuja un hervidero preelectoral en la militancia popular que quiere y demanda ser protagonista de un nuevo acontecer.
Claro que la mayoría de nosotros sentimos que esa izquierda social que es mucho más potente en la resistencia, y que se expresa todos los días en las luchas, logros y organización de la solución de las necesidades de nuestra gente, está ávida de tener el correlato en lo electoral con la intención de reeditar una nueva experiencia de poder popular en nuestro país.
Este 8 de junio, cuando confluyan las luchas de los 1000 miércoles de los jubilados por la dignidad del 82% con el grito de que el hambre sigue siendo un crimen, la convocatoria al paro y movilización nacional de la CTA marcará esta síntesis de luchas que cotidianamente recorren nuestro país aunque no merezcan las primeras planas de los periódicos.
Deben confluir, pues,  las construcciones de las culturas de los grandes movimientos populares y progresistas de nuestra historia, definiendo una fórmula nacional que contenga esa cultura de las izquierdas, o lo mejor de la cultura peronista y radical. También con la suficiente transparencia y ética como para demostrar que se puede vivir como se habla.
No será  con el sectarismo, el verticalismo o el oportunismo que hoy lamentablemente expresan lo que alguna vez fueron grandes movimientos populares transformados en máquinas de ganar elecciones, vaciados de sus raíces políticas e ideológicas, convertidos en garantes de las clases dominantes al servicio de la globalización neocolonial. Han olvidado que la política es la construcción colectiva de poder para construir en serio un proyecto que tenga como únicos destinatarios la felicidad del pueblo y la soberanía y grandeza de la Nación.
Hace 201 años el pueblo de Buenos Aires celebraba su Cabildo Abierto para definir el futuro de libertad de nuestra Patria frente al dominio español y de cualquier otra potencia extranjera. Hace 59 años, también en un día como hoy, Evita era capaz de poner por delante la Patria, luego el movimiento y finalmente los hombres en su inolvidable renunciamiento histórico.
La historia nos empuja y tenemos que hacerlo aún ante aquellos que se resignan y sólo se proponen administrar lo dado, demostrando que estamos dispuestos a plantar una bandera de dignidad que crecerá hasta lograr el gobierno del pueblo para el pueblo.
Si es necesario, es posible.
Hacia allá vamos.
Porque aquí es dónde y ahora es cuando.

Lanús, provincia de Buenos Aires, 22 de mayo de 2011