Lanús carece de política medioambiental. Y ante la ausencia de medidas integrales para el saneamiento del municipio, los funcionarios responsables en esas áreas desconocen del tema.
La gestión de Díaz Pérez no logra encontrar el rumbo ni salir victorioso en ningún área de gobierno. Entre los déficit de políticas públicas, una de las más alarmantes es el referida saneamiento medioambiental, en un municipio tan densamente poblado como éste y con aberraciones ecológicas como la contaminación de la cuenca Matanza-Riachuelo o las industrias que despiden fluidos y gases tóxicos. Menos aún pueden hablar de la estrategia planteada ante la gestión de los residuos sólidos urbanos.
Hace un tiempo se destapó la intención de Díaz Pérez de crear una Planta de Transferencia en el medio del barrio Villa Obrera, en Lanús Este. Esta planta es proyectada como un predio donde confluirán distintos actores intervinientes en la recolección de residuos (camiones recolectores, volquetes, “carritos”, etc.) a tirar los desperdicios. En ese lugar se procederá a la compactación y carga en camiones grandes, que irán a los centros de disposición final.
En este municipio, donde sus habitantes ven su propia salud deteriorada por problemas medioambientales, se toman políticas públicas completamente desacertadas. Esta medida, tan grandilocuentemente anunciada, sigue perjudicando a los vecinos.
La Planta de Transferencia está proyectada para ser emplazada en el barrio de Villa Obrera, en la intersección de la calle Deheza y la Av. Gral. Rodriguez. Para eso, Díaz Pérez, por intermedio de su esposa, ha presentado un proyecto de ley provincial para expropiar el predio, hoy en manos de particulares. En los fundamentos del proyecto se encuentra la función de esta Planta:
“Las estaciones de transferencia son instalaciones en las cuales se descargan y almacenan temporalmente los residuos para poder posteriormente transportarlos a otro lugar para su tratamiento. Una vez allí se compactan y almacenan y se procede a trasportarlos en vehículos de mayor capacidad a la planta de disposición final. Normalmente han de estar dotados de sistemas de compactado de la basura para optimizar su transporte. De esta forma se reducen los costos de transporte y se alarga la vida de los vehículos de que efectúan la recolección diaria.”
El único objetivo, por lo tanto, es el de la eficiencia económica. Y hablar de Planta de Transferencia es un eufemismo para decir: Megabasural a puertas cerradas. Su objetivo no es la separación de residuos para su reciclaje o compostaje, sino concentrar la basura en ese lugar para que salga más barato su transporte. Queda develar si el ahorro será para el municipio o para la empresa Covelia, que año tras año se le paga cada vez más, por un servicio cada vez más deficiente.
Esto ha generado la reacción de los vecinos de Villa Obrera, víctimas de la mala gestión gubernamental desde hace décadas. A las malas condiciones del barrio, lo último que le hace falta es un basural gigante.
¿Qué garantiza que no habrá proliferación de plagas, malos olores, vertidos de fluidos en las napas o emanaciones de gases tóxicos? El municipio no está en condiciones de garantizar un buen tratamiento de esta Planta de Transferencia, y eso los vecinos lo saben muy bien. El barrio no posee cloacas, las calles están destruidas (la misma esquina de Deheza y Gral. Rodríguez es una sucesión de baches y escombros), el alumbrado público es deficiente, no pasa el barrendero, el agua de la zanja se acumula y se pudre, produciendo malos olores, y la empresa Covelia pasa entre 4 y 5 días a la semana, cuando debería pasar 6 días (y en otros barrios del distrito llega a pasar 1 o 2 veces). Ante esta situación de abandono, ¿qué garantizará a los vecinos que la Planta de Transferencia no produzca un desastre medioambiental?
Como broma de mal gusto, el pasado miércoles 27 de junio se realizó, en la Municipalidad de Lanús, una audiencia pública impulsada por la ACUMAR sobre Industrias y Residuos Sólidos Urbanos. A la misma asistieron ONGs y vecinos interesados en la problemática, quienes volcaron sus inquietudes a los funcionarios presentes: Dra. Lara Dalina Villalba, Secretaria de Planificación Estratégica y Ordenamiento Ambiental y el Lic. Walter Ramella, Subsecretario de Servicios Urbanos. Ambos demostraron un absoluto desconocimiento de temas medioambientales, así como su ignorancia del proyecto presentado por la esposa del Intendente.
Como si fuera poco, responsabilizaron a los lanusenses de los problemas con los basurales. Declararon que los sucios son los vecinos y son los que causan los basurales, desentendiéndose del problema. Los asistentes han salido más que desilusionados (y enojados) de la Audiencia Pública.
Si tomamos en cuenta el pésimo servicio brindado por Covelia en la recolección de residuos y sumamos la desidia e ignorancia de los funcionarios que deben entender en la materia, así como la inoperancia en general de este gobierno municipal, estamos librados a un completo abandono medioambiental.
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